Fiesta de los Jornaleros
Dentro del calendario festivo de la localidad de Torres goza de gran tradición y seguimiento la Feria de los Jornaleros, una singular y atractiva celebración de marcado origen religioso, pero que también se impregna de ambiente festivo. Muy querida por sus vecinos, esta fiesta, que se celebra el domingo más próximo al día 20 del mes de mayo, ahonda sus orígenes muy atrás en la historia.
La leyenda de la que nace esta celebración cuenta como un día en el que llegaron dos forasteros al pueblo, no encontraron lugar donde hospedarse. Tras ser acogidos en un caserón que había sido molino aceitero, se identificaron como artistas. Sólo portaban pan duro y agua, únicos alimentos con los que pasaron varias jornadas encerrados en una de las cámaras de la casa sin que nadie recibiera cuentas de ellos. A los días, los huéspedes, intrigados y alarmados con lo que allí sucedía, llamaron a la puerta, y al no recibir respuesta, forzaron la entrada. Al abrir no encontraron ninguna señal de los dos desconocidos y en su lugar encontraron “una hermosa y bien labrada cruz de madera, en la que aparecía, clavada con tres clavos en pies y manos, la más perfecta y acabada imagen de Jesucristo en tamaño natural”. La noticia corrió como la pólvora en el pueblo, y así surgió la mayor devoción popular que Torres iba a tener durante siglos. En principio a la imagen se la llamó Cristo de la Vera Cruz, pero otro milagro que posteriormente protagonizaría la imagen, popularizaría finalmente la denominación de Cristo de los Jornaleros.
El siguiente milagro asociado al Cristo tiene lugar en una época de sequía. Pero no una sequía al uso, sino una especialmente dura y cruel, que llevó a unos jornaleros a implorar al Cristo que intercediese. Claro que, pedirle al Cristo significaba sacar su imagen en procesión, y ese era un lujo que no se podían permitir porque no tenían recursos con los que costear la cantidad de dinero que había que aportar a la parroquia. Fue así como decidieron recorrer todas las casas recogiendo donativos para poder celebrar la procesión. Nada más salir la devota comitiva, el cielo se cubrió de nubes, pero cuando se decidió regresar con la imagen al iniciarse la lluvia, la sorpresa fue que la talla se mantenía erguida, inmóvil, impidiendo a los jornaleros que pudieran introducirla en el templo.
Esta leyenda y la tradición devota persiste en el pueblo. Y se mantiene con la tradicional Fiesta de los Jornaleros. La pasión hacia el Cristo y los actos religiosos se celebran, junto a verbenas y otros actos festivos. La particularidad es que se mantiene esa petición de donativos por las casas, para sufragar los gastos de la procesión, rememorando la decisión de aquellos jornaleros de antaño. Cuando la procesión termina y regresa a la iglesia la imagen, allí tiene lugar el reparto del pan a todos los asistentes, que hay que tomar como símbolo de protección y salud. En el apartado lúdico que rodea estas fiestas, destacan los pasacalles, verbenas, y diversos actos de convivencia que llenan de colorido y diversión la celebración.
Todo esto se mantiene vivo gracias al relevo de los conocidos “Hermanos del Señor”, habitualmente cuatro parejas de matrimonios que se relevan cada año al concluir la Procesión. Son muy queridos entre la vecindad dado que son los responsables de la recaudación del dinero y de la organización de los días festivos.
Dadas las características tan particulares de esta fiesta, el Ayuntamiento de Torres inició en 2018 los trámites para que esta fiesta obtenga la Declaración de Fiesta de Interés Turístico de Andalucía.
Como hemos comentado al principio, se celebra el fin de semana más próximo al día 20 de mayo por lo que en el año 2022 estas fiestas se celebrarán los días 20, 21 y 22 de mayo.